¿Y cuándo torno a la tandariola?
Por estos días el INEGI presentó resultados, por ciudades, de percepción de inseguridad; y no han faltado pendejos que nos vienen a decir que percepción es realidad. Es claro que para ciertos fines de carácter político la percepción llega a ser incluso más importante que la realidad (opinión sobre un candidato), pero en fenómenos evaluables con cierto rigor, como el de homicidios, percepción es la pendejada que se te ocurra y realidad es el dato duro, the facts, diría Bertrand Russell.
Por cierto, yo comparto, lunes tras lunes, un Monitoreo de Homicidios Nacional, basado en datos oficiales que, aunque preliminares, son útiles para evaluar al gobierno de CSP en este tema.
Démosle las gracias al INEGI, pero en el remoto caso de que un día decida cambiar de ciudad, me iré a una donde la inseguridad sea la más baja y no donde sus ciudadanos se perciban muy seguros, salvo que haya coincidencia entre ambos indicadores.
Algo parecido ocurre con la Opinión Pública y la Opinión Publicada. La primera es lo que resulta de una encuesta (Vincent Price) sobre un tema, y la segunda es una chingadera indefinida conformada por la sarta de pendejadas que se publican sobre ese tema, en la cada vez más amplia gama de medios de comunicación (un influencer en cada hijo te dio).
Pues bien, si se trata de un pasatiempo, agarre lo que le llegue para tener opinión en el Café. ¡Ah! Pero si se trata de SU PROYECTO POLÍTICO, busque las realidades más que las percepciones, y evalúese a sí mismo con encuestadores de a deveras (mínimo maestría en estadística).
¡El que entendió, entendió!
El que gozó la campaña pero parió chayotes el día D y cargó con una derrota inesperada…..
PD. ¡Si alguno piensa que ya estoy de regreso, les confirmo que sí!
¡No me llevó la chingada, pero me arrastró un buen pedazo!
¡Pronto me verán en algún café, cantina o pantalla!