Por José López Zamorano
Para La Red Hispana

En un mundo donde las noticias ambientales suelen estar marcadas por la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, hay una historia que inspira esperanza: la recuperación de la mariposa monarca.
Durante años, la emblemática mariposa ha sido un símbolo de resistencia, pero también un ejemplo de los desafíos que enfrentan las especies migratorias.
Hoy, gracias a los esfuerzos de conservación en toda América del Norte, la monarca está viendo signos de recuperación.
El último estudio de World Wildlife Fund-México, indica que la población de mariposas monarca del este que inverna en los bosques del centro de México, ocupó un estimado de 4.42 acres de bosques durante el invierno de 2024 a 2025.
“El tamaño de la población casi se duplicó en comparación con el invierno anterior, cuando esta especie ocupó 2.2 acres. Para lograr una población estable, las mariposas monarca del este necesitarían ocupar casi 15 acres de bosque”, de acuerdo con el WWF.
Recientemente el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos propuso incluir a la monarca en la lista de especies amenazadas, según la Ley de Especies en Peligro de Extinción,
El NWF cree que eso ayudará a sostener el crecimiento y garantizará la estabilidad de la especie.
“Incluir a la monarca como especie amenazada bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción, nos permite contar con métodos de conservación específicos para priorizar la protección del hábitat de hibernación y la restauración de las áreas que son vitales para la reproducción de la especie”, dijo la doctora Rebeca Quiñonez-Piñón, científica sénior de NWF.
La clave del reciente éxito en la recuperación de la monarca ha sido la colaboración entre grupos ecologistas, gobiernos, comunidades locales, científicos y ciudadanos.
En México, se ha reforzado la protección de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, reduciendo la tala ilegal y promoviendo alternativas económicas sostenibles para las comunidades.
En Estados Unidos y Canadá, se han multiplicado las iniciativas para restaurar el hábitat, incluyendo la plantación de algodoncillo, la única planta en la que las monarcas ponen sus huevos y de la que dependen sus larvas.
Las acciones individuales también han sido fundamentales. Jardineros, agricultores y defensores del medioambiente han creado corredores ecológicos para las monarcas, permitiendo que encuentren refugio y alimento a lo largo de su ruta migratoria.
El resurgimiento de la mariposa monarca es una prueba de que cuando la sociedad se une por una causa ambiental, se pueden lograr resultados. Es una lección valiosa en tiempos de crisis ecológica: aún estamos a tiempo de revertir el daño y proteger la biodiversidad.
Cada acción cuenta. Ya sea plantando algodoncillo en un jardín, apoyando iniciativas de conservación o difundiendo la importancia de estos esfuerzos, todos podemos ser parte de la historia de éxito de la mariposa monarca.