Introducción: Un Discurso de Poder o de Engaño

El reciente discurso de Donald Trump ante el Congreso dejó en claro que su estrategia política no ha cambiado: consolidar su base mediante una narrativa de triunfalismo absoluto, la creación de enemigos y una relación ambigua con la verdad. Si bien los discursos presidenciales ante el Congreso suelen ser momentos para mostrar liderazgo y unidad, el de Trump fue un ejercicio de distorsión masiva de la realidad, manipulación emocional y reafirmación de tendencias autoritarias.

Desde una perspectiva analítica y crítica, su alocución se puede desglosarse en tres grandes áreas de preocupación:

1. El uso sistemático de falsedades como herramienta política
2. Las amenazas veladas a la democracia y al Estado de derecho
3. Un enfoque de política exterior que socava la estabilidad global

Cada uno de estos puntos demuestra que el discurso de Trump no solo fue una exposición de políticas, sino una demostración de poder basada en la desinformación y el populismo, con consecuencias que van más allá del corto plazo.

1. La Distorsión de la Realidad: El Discurso de la Falsedad

Trump ha construido su carrera política sobre un principio clave: la realidad no importa si la narrativa es efectiva. Su discurso ante el Congreso siguió esta lógica, con una avalancha de afirmaciones comprobablemente falsas o engañosas en temas fundamentales como la economía, la inmigración y la política internacional.

Falsedades Económicas: La Recuperación que Nunca Ocurrió. Uno de los ejes del discurso fue la afirmación de que Estados Unidos está viviendo “la mayor recuperación económica de la historia” bajo su liderazgo. Sin embargo, esta declaración es fácilmente refutable:

• Los aranceles del 25% impuestos a Canadá, México y la UE han generado más preocupación que beneficios. Mientras Trump afirmaba que traerán “billones de dólares”, economistas de Bloomberg y Financial Times alertan sobre un posible impacto inflacionario y represalias comerciales.
• El crecimiento económico postpandemia que Trump intentó atribuirse es, en gran parte, el resultado de tendencias iniciadas antes de su administración. De hecho, bajo sus políticas proteccionistas, el déficit comercial ha aumentado.

Los verificadores de datos de The New York Times y The Washington Post señalaron que su discurso era un “carnaval de exageraciones”, con cifras infladas y datos irreales que daban la impresión de un país en auge cuando, en realidad, enfrenta desafíos estructurales.

Manipulación en Inmigración: Criminalización sin Fundamento. Otro pilar de su narrativa fue la demonización de los inmigrantes. Trump insistió en que la inmigración ilegal está descontrolada y vinculada a la criminalidad, a pesar de que los cruces fronterizos están en mínimos históricos desde los años 70.

Además, su afirmación de que “la gran mayoría de los condenados por terrorismo en EE. UU. son extranjeros” fue refutada rápidamente: todos los terroristas responsables de atentados mortales en el país desde 2001 eran ciudadanos o residentes legales. La táctica de Trump es clara: crear una amenaza inexistente para justificar políticas represivas.

2. Amenazas a la Democracia: El Discurso como Herramienta de Coacción

Más preocupante que las mentiras fue el uso del discurso para socavar los principios democráticos. Trump dejó claro que no tolerará ninguna forma de oposición o fiscalización.

Desacreditación del Congreso y el Poder Legislativo: Una de sus declaraciones más inquietantes fue, “Si ha de haber paz y legislación, no puede haber guerra e investigación”.

Esta frase no es solo retórica, es un mensaje directo al Congreso: detengan las investigaciones sobre mí, o no habrá cooperación legislativa.

Desde la perspectiva de la democracia, esta es una amenaza peligrosa. Trump condicionó la gobernabilidad a la lealtad absoluta, un rasgo típico de liderazgos autoritarios.

Ataques a la Prensa y Control del Relato: Otra señal alarmante fue su continua embestida contra los medios de comunicación. Trump los calificó como “enemigos del pueblo”, repitiendo una táctica que busca debilitar la credibilidad de cualquier fuente que desafíe su versión de los hechos.

The Guardian alertó que este tipo de discurso erosiona la confianza en la prensa libre y normaliza un ambiente donde solo la versión del líder es válida. En palabras de su editorial:

“Trump no solo miente; está construyendo un sistema donde la verdad deja de ser relevante”.

3. Política Exterior: Aislamiento y Alianzas Peligrosas

Si bien su discurso tuvo un fuerte tono nacionalista, lo más preocupante fue su visión de la política exterior, que pone en riesgo la estabilidad global.

Ruptura con los Aliados y Aproximación a Rusia: Trump anunció la suspensión de la ayuda militar a Ucrania, justificándola con una carta de Zelensky que supuestamente abría la puerta a la paz con Rusia. Esta medida fue interpretada por Le Monde y France 24 como una traición a Ucrania y una concesión a Vladimir Putin.

Además, su insistencia en priorizar el “America First” en términos económicos y militares refuerza la percepción de que Estados Unidos está abandonando su papel de líder global.

Guerra Comercial y Aislamiento Económico: Su anuncio de aranceles del 25% contra Canadá, México y la Unión Europea generó una respuesta inmediata de los mercados. En lugar de un plan económico a largo plazo, Trump está apostando por una estrategia de confrontación que puede fragmentar la economía global.

Los medios europeos fueron especialmente duros con esta política. The Financial Times la calificó de “suicida”, argumentando que podría debilitar la posición de EE. UU. en la economía global en lugar de fortalecerla.

Conclusión: Un Discurso de Engaño y Amenaza

El discurso de Trump ante el Congreso fue histórico por haber sido una demostración clara de cómo un líder populista puede manipular la información, distorsionar la realidad y debilitar las instituciones democráticas para consolidar su poder.

1. Utilizó falsedades para proyectar una imagen de éxito económico y crisis migratoria.
2. Amenazó la democracia al condicionar la cooperación legislativa a la sumisión del Congreso.
3. Dañó la estabilidad global con decisiones que benefician a regímenes autoritarios y erosionan alianzas clave.

Los discursos ante el Congreso deberían ser momentos para unir a la nación, establecer objetivos claros y fortalecer la democracia. El de Trump fue lo contrario: una exhibición de manipulación política, resentimiento y desprecio por la verdad.

Si este tipo de retórica persiste, no solo se verá afectado el futuro político de Estados Unidos, sino también la credibilidad global del país y el equilibrio democrático interno.

Como bien señaló The Guardian: “Trump no solo busca el poder; busca reescribir la realidad a su medida”. Sin duda un rasgo patológico preocupante.